Cuando hacemos una lectura que se nos presenta en forma de diálogo, cada cual en su equipo tiene que decidir su personaje.
A veces estamos de acuerdo desde el principio, como en esta ocasión le pasó a este grupo.
¡Pero otras no!
Cuando coincidimos en la misma elección, ya vamos consiguiendo decidir sin entrar en grandes discusiones.
Vuestros hijos/as van madurando y poco a poco y van solventando este problema sin necesidad de que la "seño" tenga que decidir.
Aprendemos "estrategias" y nos hacemos más competentes en la toma de decisiones.
Y...¡todos/as de acuerdo!
Este es un ejemplo de cómo, y llevado a otros temas y asignaturas, el trabajo en equipo debe ser positivo para el avance de la propia personalidad.
Compartir es aprender.